¡Hola Lunera!
Tenía muchas ganas de volver a compartir con vosotras por aquí, fluyendo, aprendiendo, sintiendo y gozando siempre. Creo que ha llegado el momento perfecto.
Hoy estando de limpieza y orden (es propicio y me gusta, hacer limpieza no solo físicas, de las habitaciones y demás cosas de las casa, sino también energéticas, para que fluya bien la energía en la siguiente etapa o ciclo, en esta caso, para la entrada de este Otoño que viene con muchas cosas hermosas), me he quedado mirando mi cajita y casi me he emocionado.
Y es que estoy premenstrual, muy blandita, vulnerable y algo tristona, y me viene como anillo al dedo pararme a verla y contaros.
Hace semanas, rescaté del cajón de las cosas olvidadas, una idea preciosa que significaba mucho para mí. Algo que empecé a hacer de manera simbólica, intuitiva; desde una necesidad muy fuerte , desde un querer parar y estar solo conmigo, hace años. Por aquella época, trabajaba mucho y siempre estaba hacia fuera, dedicándome muy poco tiempo y tratando de no estar demasiado tiempo sola conmigo. Me evitaba, no me cuidaba y siempre iba rápido. Mi cuerpo me dolía, sentía que todo el tiempo perdía energía por cualquier cosa y siempre estaba como inquieta….
No se cuándo ni cómo, rescaté una vieja caja de fotos, y poco a poco, fui guardando sin darme cuenta recortes de imágenes o frases bonitas, flores, hojas, conchas, mensajes que me escribía, piedras… cosas que me hacían conectar con algo muy bonito dentro de mí. Cosas que me ayudaban a calmarme, a estar un ratito conmigo, a parar. Pero sobretodo, que significaban algo para mí: cuidado, amor, bienestar, magia..
Esa cajita iba variando según época, momento, cómo yo estaba, mis emociones… Era el reflejo de mi misma en forma de cajita. Incluso su apariencia, poco cuidada, casi rota, de hojalata vieja y bordes que casi cortaban, decía mucho de cómo era yo entonces.
Pues bien, ésa cajita hace unas semanas decidí que era el momento de dejarla ir, y conseguir otra acorde a esta etapa tan hermosa y feliz conmigo misma que vivo ahora.
¡Me puse hasta nerviosa cuando fui a comprarla!
Y quiero compartir con vosotras su magia, su significado, el poder y el gustito que da tenerla y continuarla.
LA CAJITA DE AUTOCUIDADOS:
es un recordatorio de tu propio cuidado. Es placer, amor y reflejo.
Es una cajita para ti, donde meter en ella todo aquello que te inspire y te haga sentir bien, para cuidarte tanto por dentro como por fuera. Un lugar mágico donde guardar los pequeños tesoros de tu bienestar, e ir a buscar siempre que lo necesites.
Un objeto simbólico que abre puertas hacia ti misma y te recuerda que hay que dejar los trajes de superwomans, los roles, las tensiones, malos hábitos y malos cuidados, las prisas, el dejarte para después…
¿Que qué puedes meter? ¡Lo que vayas sintiendo! Lo que te guste, te diga, necesites…
Por ejemplo, en mi caso, ahora que la he cambiado hace unos días tengo:
– Mi vela: es imprescindible en la cajita de cuidados, siempre, siempre, siempre tiene que estar. No una velita pequeña, que rápido se consume, tiene que ser grande pues siempre que vayamos a dedicar expresamente un momento para nosotras, o que necesitamos parar, calmarnos, meditación, silencio, reflexión, atención, etc, debemos encenderla, y que siempre sea la misma (obvio, hasta que se consuma y consigamos otra) para recordarnos que ésa somos nosotras, ese momento íntimo, esa puerta de conexión con nuestra profundidad, esa llama hermosa que danza con la vida, que brilla, ilumina, embellece… y ser conscientes del aquí y el ahora, para reforzar e iluminar nuestra llama interior.
– mi diario de las sombras: donde apuntar todo aquello que siento/pienso en mi fase premenstrual especialmente.
-un preparado de aceites esenciales personal: que me ayuda a calmar mi actividad mental, relajarme, anclarme, volar, disipar miedos… Y que además me sirve para conectar con mi cuerpo.
– una bolsita de semillas de ésas que se calientan y huelen taaaaan bien….
-Y unas matrioskas (ahora que estoy trabajando algo concreto de mi linaje)
A veces ha tenido como te dije flores y hojas, y también barro para trabajar la creatividad, cremas, chocolate (suele haber alguna cajita deliciosa para mis días de sangrado), mis compresitas de tela, libros de poemas o novelas, colgantes, pintalabios, mis libros de oraciones, etc…
¡Todo lo que tú sientas te haga conectar contigo, tu bienestar y tu cuidado!
¡Es para eso, para ti! Es amor a raudales que te embriaga y te llena, te conecta y te eleva, cada vez que la abres…
Eso si, tienes que ponerla en un lugar donde siempre la veas. Es ése el compromiso. Y tenerla muy presente, ¡todos los días tienes que relacionarte con ella! ¡contigo!Porque sino, no vale. No vale tenerla ahí como una caja más en el salón, armario, estantería…
Por eso, en los círculos de mujeres, cuando la explico siempre digo que es como una puerta a tu propio compromiso: a partir de tenerla y llenarla, las cosas cambian contigo!
Entonces, si te resuena, no sólo te voy a proponer que te hagas con una cajita, (no tiene porqué ser muy grande), y que vayas metiendo en ella poco a poco, conscientemente, cosas, sino que además me encantaría que compartieras, cuando la tengas, una foto con nosotras para ir inspirándonos y conociendo nuestra magia. Para crear una red de Autocuidados y concienciarnos entre todas, de una vez, de que somos lo más bello e importante de nuestra vida!!!
¿Te parece? ¿Te gusta?
Deseo que te cuides, que te mimes, que pienses en ti.
Deseo que esto que comparto contigo te inspire para que encuentres más herramientas dentro de ti para autocuidarte, conocerte, sentirte plena.
Tú eres la primera de la fila, ya basta ponernos las últimas.
Tú eres la más importante de tu vida y empezar por ejemplo con esta cajita, es una forma simbólica y hermosa para seguir recordándolo y haciéndolo siempre, siempre, siempre.
Con amor y magia,
Ro*
