Durante mucho tiempo creía que iba a estallar, así, literalmente, en mi cuerpo premenstrual. Empezaba a sentir mucha angustia, rabia, molestias físicas…
Vivía como en un enfado constante, con los dientes sacados como loba a punto de ir a por tu yugular en cualquier momento. Y eso, francamente, sentía me agotaba muchísimo más que esa semana o semana y un poco más hasta que bajara mi sangre. Ahí no es que fuera mejor, porque igualmente me sentía desbordada y con dolores los dos primeros días, me vivía doblada y medio drogada de pastillas… Pero por lo menos, no sentía tanta rabia, no apretaba tanto los dientes o parecía la niña del exorcista con tanto enfado. Y así pasaban los ciclos, creyendo que era lo normal y temiendo que doliera como al última vez… Y si lo hacía, pues a joderse. Es lo que tocaba, y ya está.
Pero ahora que la fase premenstrual se ha convertido en mi mejor momento creativo, conmigo misma y mis poderosas herramientas internas. Ahora que me vivo super completa en mi ciclo menstrual, entendiendo mi cuerpo, sus necesidades, sus ritmos cambiantes y especialmente, la importancia de esta fase previa a la menstruación, siento compasión y un poquito de dulzura por aquella “yo” de entonces, que sostuvo desde el sufrimiento una vida que ni yo misma me creía y que cambió, cuando dije BASTA. Duró muchísimos años eso si, más de los que me hubiera gustado, desde luego. Pero siempre celebraré aquella hermosa victoria de amor propio, para mi misma.
La fase premenstrual tan odiada, marca el final de un ciclo. En ella se manifiesta todo aquello que hemos ido metiendo en “la mochila” de manera emocional, física y mental. Va todo ese estrés, ese poco cuido, esa alimentación rápida…. Va los pocos momentos que nos hemos regalado con les amigues, toda esa cafeína, azúcar, y comida procesada… El poco auto-placer dado, todo esos ratitos que nos hemos dado de siesta, descanso y parón, y andar lejos de las redes y tanto estimulo. Al igual que todas esas cosas que de verdad te apetecía hacer y no has hecho, porque una vez más, te pones en la periferia de tu vida, y no en el centro.
Durante esos días, nuestro cuerpo está mostrando todo lo que ha vivido durante su ciclo. Piénsalo, ¿cuántas cosas hay ahí?
Es una fase que nos obliga a cambiar el ritmo y darnos cuenta de todo eso que nos intoxica y no nos hace bien. Ahí también sale esa mujer imperfecta que somos, muy vulnerables y sensibles…. pero sobretodo, la que está hasta el coño de todo y no aguanta más. Saca los dientes entonces desde la salvaje que todas llevamos adentro y explota. Y eso no es que esté bien o mal… No seré yo la que lo juzgue (y por supuesto, nunca la voy a obviar como si no nos pasara a los cuerpos menstruantes).
Si quieres andar así, enfadada cada “x” días en tu mes, creyendo que sufrir es normal, fantástico. Hazlo. Yo que me he vivido así, ni de coña me quedo ahí de nuevo. Me cansaba el doble por esa actitud mia de querer “aguantar” con pastillas y maldiciendo mi cuerpo.
En serio, me cansaba más por ir tan en contra de mi misma, que por todo lo que sentía físicamente junto… Siento que no me gustaba, que no era yo, que había algo que debía de estar mal en mí porque no podía ser que todo fuera tan mierda: la gente de mi vida, mi cuerpo, mi mente, mi forma de estar en el mundo…
Pero déjame decirte que ese enfado, y tooooda esa rabia acumulada y emociones que vives tan revueltas y al límite, pueden ser escuchadas antes y vividas desde una gestión más sana y amorosa contigo misma. No es por les demás… Les demás, mira, que cada une…
Quien te quiera premenstrual, te querrá ovulatoria. Y eso es así, y si no, revisa tus relaciones.
Es por ti. Siempre por ti. De eso se trata.
En premenstrual somos más directas, tajantes y claras con lo que queremos. Somos – me atreveo a decirlo- emocionalmente más “nosotras” que nunca. Y quizás por eso muchas mujeres en esta fase siempre discuten con sus parejas. Aquí no aguantas ni una porque ya has acumulado tu vaso. Ya no puedes más y “paaaam!” el volcán estalla y arrasa con su lava todo lo demás, sin importar las quemaduras y consecuencias que tú te hagas a ti misma. Pues mira no, eso tampoco es normal…
Y no es que esté diciéndote que tienes un problema con tu “más yo que nunca”, que sale en esta fase. Lo que te digo es que, en esta fase, arquetipo de la chamana, está saliendo todo eso que eres: sombras… pero también luces.
Aquí eres intuitiva, creadora, inteligente, profunda, reflexiva, visionaria, multi-universo… Vaya, un precioso poema, que te crees tú (tan lejos de ti) que es una mierda dolorosa, pero no. Es precioso y está vivo, lleno de pliegues, universos y cosas super auténticas. Tú eres ese poema… Léete mejor.
Déjame decirte, lunera, que es posible que todo eso sea una puerta para un cambio.
Espera… lo que quiero decir es que si tú quieres, por supuesto, puedes ver en eso un cambio que te ayude a encontrar una forma de vivirte cíclica, desde tu cuerpo premenstrual y menstrual, mucho mejor.
Que ya está bien, ¿no? De aguantar esto y parece que es normal…. Algo que jode tanto. En serio, ¿cuándo permitimos que esta creencia tan dañina se instaurara en nuestra mente-ordenador como un virus simulando ser un programa natural?
Yo creo que ya vale, ¿no?
Hay otras formas de vivirte, y la primera es aceptando que el dolor premenstrual y menstrual NO ES NORMAL. Habitual, vale. Que se ha pegado a ti como un monillo que no te suelta desde hace años… vale. Yo pienso lo mismo de mis kilos de más, pero también hago cosas para cambiarlo. Que tu madre lo vivía, y tu hermana, y tu abuela, y esa vecina del quinto y la otra que te encuentras todos los días en el bar tomando churros… Pues muy bien. Pero NORMAL NO ES. HABITUAL SI. Muchas mujeres lo tienen pero no por eso, es natural de un cuerpo sano.
Porque se puede cambiar y vivir de otra manera, incluso sanar, te lo aseguro, yo lo he vivido en mis carnes. Y no te estoy vendiendo la moto, tú puedes subirte a ella y darte una vuelta y cambiar tu vida, y ponerla patas arriba si quieres… O no.
Mi cambio vino por darme cuenta que en ese dolor es donde yo tenía que bucear, y ver de dónde carajos venía, qué estaba haciendo o no haciendo para que mi cuerpo y mi ser, estuvieran bien.
Y es que el comienzo de tu nueva vida, lo tiene tu fase premenstrual, lo tomes o lo dejes.
Si quieres vivirlo diferente y hacer algo con todo eso, de una forma sostenida, acompañada y amorosa, desde esta Tribu te invito a nuestro Grupo Online “Sanando en Rojo”. Un espacio virtual en donde vas a encontrar teoría y práctica super sencilla y adaptada a ti personalmente, sobre el ciclo menstrual, con herramientas basadas en la terapia menstrual y en tu cuerpo como guía única y mapa. Todo eso, con una tribu de mujeres pequeñita, íntima y generosa, para acompañarnos en esta aventura todas juntas desde la empatía, sororidad y el nutrir que da el compartir vivencias y sentires.
Empezamos grupo en Septiembre. Pinchando aquí encuentras toda la información.
Con amor,
Y rebeldía ante esa “normalidad” dolorosa,
Rosa*
-La Tribu Lunera-
GRACIAS infinitas!!!!
¡Gracias a ti por recibirlo
! 🙂