1º Autocuidado cíclico: Reconócete cíclica

Hace dos semanas, te hablaba aquí sobre el plan de autocuidado cíclico.
Hoy seguimos, o más bien comenzamos esos “tips”, contándote el primer paso de este camino de revolución para ti.

¡Allá vamos!

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reconoceteciclica

 

Eres cambiante. Sí, no eres la misma siempre.
Dentro de un mes te caben mil vidas y créeme cuando te digo que en ese mismo mes y en todas esas vidas, hay muchas más mujeres (que son TÚ) de las que crees.

¿Qué quiero recordarte y decirte con todo esto? Que eres cíclica.
Y eso es un gran putada en este sistema capital-patriarcal, que se olvida de que la vida no es lineal, sino circular y cambiante. No, asúmelo, no podemos ser iguales siempre. No podemos tener la misma energía todo el día, ni hacer lo mismo durante todo el mes. Bueno, aclaro,  no es que no podamos, porque poder poder… podemos, tenemos grandes capacidades para poder, pero sería preocupante tener siempre el mismo tipo de energía,  las mismas sensaciones y los mismos gustos (por ejemplo) tooodo el rato de unos 70 años promedio…

Eres cíclica y esos significa que formas parte de la Tierra. Que tú también te mueves, vibras, sientes, cambias, lates… en diferentes vibraciones, frecuencias y texturas.
Que tú también tienes estaciones, lunas, elementos y diferentes atmósferas adentro tuya, que van cambiando y ciclando según tu propio eje: tu vida.

Cuando empiezas a aceptar eso, empiezas a soltar un poco más la cuerda que tira mucho y te ahoga (si, a veces es más látigo que cuerda), ésa misma que no te deja ser, que está llena de exigencias, expectativas, obligaciones, “linealidad” y que deseas con todas las fuerzas, a veces, quitártela a bocados, mientras estás en la cama sin poder dormir… ¿Qué me pasa? ¿Qué me duele? ¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy…?
La cuerda aprieta la carne, dejando cicatrices cubiertas de una sombra espesa que es difícil quitar del cuerpo… Pero que se esfuma, créeme aunque te suene imposible, cuando verdaderamente miras tu cuerpo en el espejo un día y te dices desde las entrañas “Soy cíclica”.

Ahí cambia todo.
Y el cuerpo estalla… Y el cuerpo deja de ser ese atado de cuerda dolorido, desatendido y maltratado. Y poco a poco va volviéndose más saludable (en todos los aspectos), más amable y conectado (o tú más conectada) que tod@s y TODO lo que eres.
Porque ocurre que cuando aceptas que no eres la misma siempre, que dentro de ti hay muchas “Yo” que se repiten en base a patrones y arquetipos mes tras mes, algo cambia de verdad.
Y es verdad que tras eso, vienen tiempos movidos, de tener el mundo patas arriba. De pronto no sabes quién eres, cómo es tu cuerpo, qué pasa…
Te cuestionas todo lo que te han (nos han) enseñado, todo lo que has estado haciendo/viviendo hasta llegar hasta aquí. Y dices “¿pero cómo puede ser?”… Porque descubres que tu cuerpo es un extraño y que no sabes qué te está queriendo decir…

Tranquila, respira, toma aire, el camino es largo… Y estás en una fase muy potente y poderosa, con muchos muchos muchos cambios.
Estás cambiando sí, pero sobretodo aceptando realmente desde el cuerpo que eres cíclica y que dentro de ti está el mapa de toda tu historia. Y eso no se hace en un día o dos… Todo eso es parte de todo el proceso.

Como sé que a veces es duro, que sola una la mayoría del tiempo no sabe para donde tirar y se cree que es la única que siente todo eso… Hoy quiero hablarte de todo esto que pasa cuando das un paso al frente y dice “Si, soy cíclica”.
De lo que ocurre cuando de pronto das un paso adelante, justo delante de ese espejo mientras te miras y no te reconoces. Das el paso y “clic!”, algo en tu mente, en tu cuerpo y en tu ser se ha movido y aunque no te lo creas, ése es el comienzo de una auténtica revolución amorosa para ti misma:

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1- Habítate desde el cuerpo:


Para que no duela, para que sane, tenemos que volver a habitarlo, comprenderlo, darle mimo y caricias, entrar en él y experimentarlo. Es sencillo aunque la práctica es más difícil, porque hemos vivido “fuera de él” todo el tiempo. Creyéndonos lineales, donde solo mirábamos el cuerpo por unos cánones que nunca entramos o porque enferma hasta un duro extremo.

Pero ya has dado el paso, ahora quieres habitarte, vivirte, sentirte, saber qué pasa dentro de ti. ¿Qué es eso de ser cíclica? “Sí, sí, yo quiero!, ¿Qué tengo que hacer?.

Dejar de buscar fuera y saber que todo lo tienes en ti.
Saber que tu cuerpo es tu templo
. Tú único y hermoso templo, que trae mensaje a través del dolor, del cansancio, de las “molestias”. Que no es el enemigo, que no es algo que tengas que cambiar…. Que sube en energía durante cierto tiempo y baja según en qué fase. Que no es una máquina, sino algo que late por cada poro, perfecto y hermoso tal cual es.
A veces tenemos muchos miedos de sobrepasar nuestros propios límites, porque vivimos “seguras” en nuestra zona de confort, en lo que hemos estado haciendo durante toda nuestra vida: echarle la culpa a “algo” (el cuerpo), tomarnos una pastilla para el dolor, juzgarnos, maltratarnos, desprotegernos…
Y salir de ahí no es fácil. ¡Buf, menuda pereza! Tantos años ya…

Pues no.
¿De qué te sirve culparte, tomar la pastillita de dolor que no te quita nada más que el síntoma más superficial y vuelve mes tras mes tras mes tras mes tras mes…. Juzgarte, maltratarte, desprotegerte…?
Ya es hora.

Rompe tus propios límites. Cuídate de verdad. Sé amorosa contigo.
Empieza por mirar qué haces en tu día a día para ti: ¿Cómo duermes? ¿Cuál es tu rutina? ¿Te nutres o alimentas? ¿Descansas lo suficiente? ¿Te das tiempo de no hacer nada? ¿Cuidas tus palabras hacia ti misma?
Cambia hábitos. Agenda momentos para ti DIARIOS. Anota tu sentir en un cuaderno y respira consciente siempre que te sientas abrumada…
Y sobre todo ¡respira! ¡Calma! No eres perfecta, eso también es un rol inventado por este sistema capital-patriarcal. La vulnerabilidad no es una debilidad, es una fortaleza muy poderosa.
El autocuidado es practicar practicar practicar…

 

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2- Reconocerte cíclica es también saber que dentro de ti, en tu ciclo menstrual, existen mínimo cuatro mujeres y fases:
🔻La fase menstrual:

Tu inicio del ciclo (empieza el día 1 hasta el 7 aprox.)
La menstruación no es una manchita o unas gotitas… Es cuando ya estas coloreando tus bragas, ni antes ni después.
Dura generalmente entre 3 y 7 días, con un flujo aproximadamente (en una mujer con un ciclo saludable) de 50 mL (mucho menos de lo que creemos, lo que pasa que las compresas y tampones desechables, contienen químicos como el rayon para que sangres más).

Observar el color, la textura, el olor o en general el estado de la sangre, nos indica nuestro estado de salud. Así que es muy importante que para reconocerte cíclica comprendas que tratar tu cuerpo y tu sangre de una forma respetuosa es fundamental. Por eso te invito a indagar en alternativas más naturales y libre de químicos para recoger el sangrado: como la copa menstrual, las compresas desechables o el sangrado libre.
Durante esta fase los estrógenos disminuyen, volviendo a aumentar finalizando los días de sangrado.
🔻La fase folicular o preovulatoria: dura del día 7 al 13 aprox.

Comienza con un subidón del estradiol (un tipo de estrógenos) que nos da mucha agilidad mental y fuerza física. El revestimiento del útero empieza a engrosarse y se desarrolla para prepararse para un óvulo fertilizado. Nos sentimos dinámicas y logramos hacer muchas cosas.
Nos sentimos muy comunicativas. Corporalmente estamos muy despiertas, cómodas y  somos súper cañeras (guerreras, capaces, ávidas, super-cocos!)

⚠ Durante estas dos fases la principal hormona es el estradiol, un tipo de estrógeno que generan los ovarios.
Y nuestro cérvix está cerrado, duro y generalmente bajo.

Después viene,
🔻La Fase ovulatoria: del día 13 al 20 aprox.

Somos fértiles. Ovulamos.
Al liberarse el folículo, se convierte en cuerpo lúteo y genera la progesterona (“hormona del embarazo”). Esta hormona hace que nuestro cuerpo esté abierto, se vuelva más receptivo en todos los aspectos (físicos, mentales, emocionales…). Se siente suave, se redondea, nuestra energía es expansiva…
Además esta hormona estimula el desarrollo de la pared uterina, creando un espacio blandito, acogedor y calentito para el óvulo fecundado.
El flujo es abundante, elástico y pegajoso.
Nuestro cérvix está alto, abierto, blando, suave…

🔻La Fase premenstrual:
Suele durar del día 16 al 28….
O hasta el número de días que tengo tu ciclo (puede ser 30, 32, 35… más allá de eso, si no sabes cuándo puede bajar tu sangre debido a que SIEMPRE eres irregular, tienes que hacer análisis de hormonas para descartar posibles problemas, cuidar mucho de tu estado físico, emocional , el estrés, la comida… ¡atender tu cuerpo!)

A esta fase técnicamente también se le llama “fase secretora”, porque produce grandes cantidades de progesterona para acoger ese óvulo fecundado (si esto ocurre). Si no habido fecundación, el óvulo se desintegra y comienza a prepararse las paredes uterinas para su desprendimiento (menstruación)

Esta es una fase clave, que a nivel social está muy denigrada y maltratada. Que este sistema patriarcal se ha encargado de meternos bien dentro, en el cuerpo, como si fuera natural que duela tanto menstruar.

Aparecen entonces emociones, dolores y malestares que son mensajer@s de cómo estamos, cómo nos hemos tratado en cada una de las fases. Y claro, esto en el día a día de prisas, quehaceres, poca atención al cuidado a las emociones, duele… Y es muy difícil salir de esa espiral, que es esa cuerda de dolor de la que antes te hablaba. Una cuerda que se vuelve a ratos látigo y duele, duele mucho.

A todos esos síntomas se les mal llama “síndrome premenstrual”, para normalizar más el dolor y venderte pastillas y hormonas químicas para “ayudarte”. A él se le suman síntomas como las migrañas, las náuseas, el cansancio, la ira, la rabia, la tristeza profunda…

En muchos casos, esos síntomas y dolores son mensajes claros de abandono. Es el cuerpo quejándose, tratando de llamar tu atención. Y te invita a habitarte, sentirte, volver a ti otra vez….
Y otras también, todos esos síntomas y malestar son debido al desequilibrio hormonal, la cantidad de estrés físico y emocional que llevamos, la comida chatarra o la falta de sueño y descanso. O una mezcla de todo.
Es muy importante darse escucha, mimo y autocuidado ésos días e ir observando qué emociones surgen y cómo nos tratamos.
Durante esta fase el flujo vaginal es leve y gomoso, y la progesterona baila en nuestro cuerpo como si no hubiera un mañana.

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aceptarqueeresciclica.pngte recuerda también la valía y el poder de tu cuerpo. Pues cambia constantemente, renaciendo, floreciendo, madurando, menguando y “muriendo” simbólicamente en energía mes tras mes, luna a luna. Con su ritmo natural, perfecto, hermoso y muy poderoso…

Deseo con todo mi cuerpo, que conectes profundo con todo estos mensajes, con esta información y la llevas a ti, conectando así con tu cuerpo, con sus fases y mujeres, reconociéndote entonces mujer cíclica, cambiante y hermosa.

Con todo mi amor,
¡seguimos con el autocuidado cíclico muy pronto!

Rose*


🔻Sigue el siguiente punto del plan cíclico aquí: Vivirte libre

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Publicado por LaTribuLunera

Proyecto de empoderamiento y sanación femenina

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